Un mar terrestre

El mar está infinitamente lleno de tesoros, uno escondidos y otros están ahí por naturaleza, a la vista del mundo existen varias definiciones de la palabra tesoro, para los avaros es dinero y riqueza material, para los fotógrafos es todo lo que les sirve de instrumento para imprimir y poder exhibir una hermosa obra de arte, para los historiadores un nuevo escrito que relatar, para los arqueólogos un monumento a investigar, y así; las vistas poseen diferentes profesiones y ambiciones y esto es lo que determina una definición diversa.

Existe una vista que no hemos intentado cambiar, existe una que nos ha definido, y es que hemos divido el mar con la tierra, obviando que estos son complementos de vida.

Nuestro diario vivir terrestre es igual que estar en el mar, algunas veces no podes respirar y sentís que te ahogas, en otras tocas hondo y sentís como la vida se te va de las manos, y casi siempre experimentas el peligro que se atraviesa para sobrevivir. En el mar es exageradamente diverso la especie acuática, todos en grupos, unos inofensivos y otros salvajes, pero cada uno es lo que es por naturaleza. Al sumergirnos en el mar somos conscientes de que cualquier cosa podría pasarnos. Cualquier cosa, cualquier situación podríamos atravesar al momento de entrar, al momento de sumergirnos ya habremos aprendido a nadar para mantener nuestras vidas a salvo.¿No puede la tierra ser el mar?

Hemos dividido conceptos conforme a perspectivas, conforme lo que significa, pero hemos obviado sus semejanzas; sus peligros, sus miedos, sus manera de sobrevivir dentro de cada uno. Cada día somos seres respirando el aliento de vida, viviendo en asfixia, somos seres corriendo y evitando lo que podría matarnos, porque amamos nuestras vidas, y aunque nos arriesgamos para hacer lo que tanto hemos deseado o cualquier cosa que hemos ambicionado.

Si la vida en el mar es un riesgo, porque es agua, y perdemos el aliento al entrar, y aún así nos arriesgamos, aún así decidimos experimentar y sentir el peligro en nuestro cuerpo, si aún así decidimos entrar y buscar ver la belleza que en la profundidad yace, si aún con todo lo que sabemos que puede o no acabar con nuestras vidas, aún así nos profundizamos en ella, si aún así no nos limitamos con ser testigo de la inmensidad superficial a simple vista y hacemos por hecho ver más…¿por qué nos conformamos en tierra? ¿Por qué si ya nacimos viéndolo casi todo?

El mar no es un límite, el cielo sí, estamos bajo el cielo y encima del mar ¿por qué nos arriesgamos a bajar y no a subir? ¿Por qué? Si tenemos más que dar, más que aprender después de memorizarnos la infinitud de palabras y números, la conformidad no es un límite, es un impedimento a ver más, enamorarse es lo más bello que existe, decide enamorarte de la ambición de ver y ser más de lo que ya sos y viste, existe un fin para el infinito, tu deber es encontrarlo, el deseo lo creas vos, cuando te hayas enamorado de cruzar la línea de lo rutinario, cuando te hayas enamorado de un encuentro con tu imaginación insaciable lleno cosas extraordinarias por crear y ver creadas.

2 respuestas a “Un mar terrestre”

  1. Maravilloso texto y reflexión. Tiene un gran talento para escribir y transmitir a los lectores. Saludos

    Le gusta a 1 persona

    1. Muchas gracias Ana, saludos.

      Me gusta

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar