Existen días en los que me pregunto si podré amar de nuevo, si existe tal oportunidad para corazones como el mío, para pensamientos deseosos de todo tipo de placer, quebrantados y pisoteados por ser de poca importancia.
Me lo pregunto en esas veces que logro ver que estas bien en otros brazos, y que sonreís con muchas más ternura que cuando yo era el motivo, no me da envidia, ni me duele; solo me pregunto si existe tal oportunidad para mi.
Es egoísta de alguna manera, pensar mucho en mí; tal vez.
Concluyo que merezco una respuesta, una señal; deshacerme de la incógnita que procede a mi después de verte tan feliz, y con otro corazón, que seguramente buscas destruir.
Entre merecer y deber, existe una línea, que no quiero atravesar; hoy me desespero porque a lo mejor, en un poco de lo que en mi por vos queda; me duele. Pero sé que puedo ser paciente, esperar a que mi momento de verdad llegue, y no me pregunte más, algo que en el fondo de las palabras y el suspiro de un triste murmullo, me dice la respuesta y no me queda más que preguntar.
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