Pensando en ti, para odiarte.

En esta atmosfera de recordarte, de recordar lo que fuimos y lo que pudimos ser, analizando el alto porcentaje de posibilidad que teníamos para ser mas que solo nosotros, mas que solo el amor que nos rodea cual escudo; descubro la mentira vivida en vida, el tiempo que no hubiera sido invertido en algo mas pero que al final hubiera dolido menos haberlo perdido.

En tu gratitud al final de todo lo que vivimos y lo que fuimos, me encuentro yo con la ingratitud de mi inconformidad; de seguirme preguntando si fue mi culpa o si debí dar más, la incomodidad en las noches en las que te pienso y mi mente interpreta que te deseo en mis sueños, cuando ni siquiera te deseo en mi vida, aumenta la incomodidad al pensar en que no debiste permitirme dejarte, quizá si debiste tomar mi brazo y pedirme un por favor.

En este caso, el universo ya no estaba de nuestro lado, yo no lo pensé mucho tiempo mas, y tu; no te detuviste a pensar que no era la solución; que no siempre yo tendría la mejor solución a nuestros problemas chiquitos que tomamos como significantes, que vimos como determinación en nuestro amor; amor que creamos en un chasquido, en un no tengo miedo y me decido por ti, jurando para hoy y siempre. Pues así somos los humanos, prometedores sin memoria de comprometedores, con recuerdos bonitos temporales y dolor permanente.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar